Spitzberg es la mayor isla del archipiélago de Svalbard, una tierra de misterio, antes reservada a buhoneros y cazadores de ballenas. Estamos en el Gran Norte, el de los exploradores y los científicos, pero también el de algunos viajeros afortunados. El invierno es la mejor estación para descubrir esta Noruega ártica, embelesarse con sus auroras boreales, y calentarse con un grog perfumado o una sauna al final del día.
Desde Tromso llegamos al campo base de Longyearbyen, un precioso pueblo con vistosas casas y animados bares, desde donde salen las expediciones polares. Podrás llegar hasta el glaciar Nordenskiöld en motonieve o explorar sus impresionantes alrededores en trineos tirados por perros.
De ahí saltamos a las islas Lofoten. Con sus fiordos, cimas alpinas, apacibles praderas, rebaños de ovejas y pintorescos pueblos de pescadores, son el lugar perfecto para realizar sorprendentes safaris de ballenas, descubrir la historia del pueblo vikingo y esperar con ansiedad la llegada de las auroras boreales.