Con sus 2.500 kilómetros de costa, playas de arena blanca dentro de reservas naturales, aguas turquesas con arrecifes de coral, miles de peces exóticos e islotes de ensueño, Mozambique tiene todo lo imaginable para el relax. El país nos seduce también por su atmósfera apacible, su cóctel cultural, su horizonte de dhows (veleros tradicionales) y sus extensiones de arbustos salpicadas de elefantes, leones y pájaros.
Nuestras islas favoritas para estancias fuera de lo común son las de Buenguerra, Medjumbe, Quilalea y Vamizi. La isla de Mozambique, antigua capital del país, también atrapa con sus edificios de la época colonial portuguesa, mezquitas árabes, el famoso palacio São Paulo –construido en 1610 para el gobernador portugués- y la fortaleza São Sebastião, ligada al tráfico de esclavos.
Tampoco nos resistimos a los encantos de la reserva natural de Machangulo, al sur del país, rodeada de dunas y bosques. La recorremos en 4×4 antes de bañarnos en sus aguas transparentes y cenar en un islote de arena en la más absoluta intimidad.